El obulato se ha comercializado en Japón como envoltorio de medicamentos y ahora lo podemos encontrar en los restaurantes más modernos del mundo.
Se trata de una película comestible extremadamente fina y transparente de almidón de patata. Su sabor y olor es totalmente neutro y no altera el sabor del plato.
Se deshace rápidamente en contacto con el agua y por supuesto con la saliva. Sólo puede ponerse en contacto con grasas o productos deshidratados y una vez se introduce en la boca, se funde. También se puede hornear para que se vuelva crujiente.
Funciona tanto para hacer elaboraciones dulces y saladas y se puede encontrar en diferentes formatos: conos, lámines cuadradas, moldes en forma de magdalena, en formato redondo...
Como dice Ferran Adrià es la crep más fina que se ha creado nunca. Es la mínima expresión que hay como masa.
